viernes, 6 de mayo de 2011

Reinventar la rueda.... es agotador

Ahí va una serie de cosas prácticas que en mi casa funcionan y ahorran esfuerzo en la cocina.

1. mi  libro de cocina


En el '93 me compré en Amberes una libreta que se convirtió en mi libro de cocina. Anoto platos que me han dicho o que me he inventado a lo largo de los años. Eso sí,  sólo anoto recetas que he probado y por ello siempre tiene papeles sueltos con recetas que están pendientes de ser probadas antes de ser  transcritas.
Como me gustan, tengo muchos libros de cocina y los consulto ocasionalmente para actualizarme. Pero admito que para el día a día me sirve más mi libro con 40 recetas probadas que uno con 200 por probar y que hojeo y hojeo sin acabar de decidrme.
Los platos de mi libro tienen nombres como: Ensalada verano 93, Goulasch de Oma, Lentejas de Graciela, Panellets (según la madre de Jordi), etc. Muchos tienen anotados fechas e invitados que los probaron. Estos detalles me lo hace más próximo aún.

2. Lista de platos

Lista de entrentes y guarniciones
Mi libro de cocina contiene un elemento clave para mi organización: la lista de platos. Como su nombre indica es una enumeración de entrantes, primeros, guarniciones y segundos. La mayoría no tienen la receta anotada porque son tan comunes como la ensalada de arroz.
Hice la lista cuando me di cuenta de que hay platos que haces mucho durante una estación y, aunque tienen éxito, el año siguiente no te acuerdas y no lo haces nunca hasta que alguien te dice: "Este año no has hecho guacamole.".
¿Qué hago con esta lista?


3. Menú semanales



Salvo excepciones, los sábados en la sobremesa del desayuno, saco mi libro de cocina y una pequeña libreta y planteo las comidas para toda la semana. Admito que es una lata, pero tener que pensarlo CADA día me agobia más y acabamos comiendo peor.
Advierto que no se dan grandes muestras de alegría a mi alrededor cuando empiezo y la cooperación es poco entusiasta cuando pregunto: "... y el jueves ¿qué queréis cenar?" Los primeros días los relleno de carrerilla, pero cuando llega miércoles o jueves entro en crisis creativa.
4. Una vez tengo armados los menús, cojo otra hoja y hago la lista de la compra necesaria para cocinar los platos y vamos al mercado. Hacer esta lista es un gran qué para no malgastar en comida.

5. La ventaja de ir al mercado es que, con el tiempo te conocen, y puedes ahorrar mucho tiempo si llamas a tus proveedores habituales y les cantas tu lista de la compra. Haciendo esto tan sencillo, cuando llegas al mercado sólo tienes que ir parada por parada y pagar el pedido que ya tienen preparado.
No suelo hacer pedido en la verdura. Mientras esperamos turno, voy mirando precios y, si algo está muy caro, puede que no sea la temporada y probablemente no estará tan bueno o lo habrán traído de más lejos. Ese es el momento de hacer cambios en el menú. El menú no es una obligación, es una ayuda para no tener que pensar en la comida durante toda la semana. Así si vemos algo apetecible, lo encajamos y ya está.


6. Pequeños gestos que ahorran tiempo
"Biberón" e ingredientes para vinagreta
  • Cuando cortas una cebolla, corta dos y congela lo que no vayas a necesitar en ese momento. Una vez congelada, para usarla, pon el taco de cebolla congelada directamente en la sartén con aceite. 
  • Si al día siguiente vas a volver a usar cebolla sofrita, haz las dos cebollas y guarda una parte en la nevera para mañana.
  • El "biberón" para ensaladas. En casa siempre hay un bote con vinagreta preparada en la nevera. Cuando preparas ensalada es super rápido sacar el "biberón" y aliñarla. Hay veces que el aceite se "solidifica" un poco (seguro que tiene otro nombre). Entonces se calienta con las manos como si fuera laca de uñas y ya está. En casa la vinagreta la hacemos con: mostaza, miel, vinagre y aceite y dura un montón en la nevera. Si tuviéramos que manchar un recipiente para hacer la mezcla cada vez que hacemos ensalada, no la haríamos tan elaborada y perderíamos sabor. 
  • Acuérdate del microondas. Cuando vayas a sofreir u hornear una verdura, piensa si puedes acelerar la cocción si antes la pones un par de minutos en el microondas. Una alcachofa al horno se hará más rápido y el centro quedará más tierno si antes la pones en el microondas unos minutos.
  • Si tienes un calentador de agua eléctrico puedes acortar el tiempo que tardas en llevar a ebullición el agua de la pasta, la verdura, el arroz, etc. si calientas simultáneamente una parte del agua encima del fuego y el resto en el calentador eléctrico.
Me interesa conocer más trucos de estos. ¿Tienes alguno?

4 comentarios:

msc dijo...

Soy forofo (que no obsesa) de la alimentación sana (no de dieta): bajo el lema 'si no estás bien alimentado (equilibrado), no tienes pilas' y es cierto. Noto cuando me falta la organización culinaria o la verdura y fruta fresca. Uno de los trucos básicos para mi SUPERVIVENCIA: El truco de perogrullo: probablemente lo conocéis todos: EL CALDO!
Hago caldo periódicamente y mucho:
Cuando acabo: separo la verdura de la carne.
La verdura: la enjuago con agua pues un puré de verdura no me gusta con regusto de carne y siempre queda la 'grasita ambiental': puré de verduras sólo, gratinado, mezclado con el caldo te queda una sopa espesita muy rica, ... los que tienen críos: con zanahoria / calabaza, le da dulzor goloso.
La carne: rehogada con cebollita, tomate: tortitas.
La pelota: rebanada está buena hasta en bocata.
Y el caldo (con o sin fideos) te salva la cena esos días que llegas tarde y mal (se autoprepara mientras vas al servicio y te pones el pijama)- rápido y eficiente para no picar.
En un plisplas con un poquito de previsión está descongelado y te haces un arrocito fabuloso, ....
Para sobrevivir: EL CALDO
y dándote la razón, Silvia, en la nevera siempre uno o dos aliños sabrosos, vinagretas, con mostaza, tomates secos, ..... la lechuga, sola, no es lechuga, es aburrimiento!

Silvia González dijo...

Voy a probar lo de la carne. Dejé de comprar carne para el caldo porque, como me quedaba seca y la acababa tirando.
Tal vez la dejo hirviendo demasiado tiempo.

Además de la zanahoria y la calabaza, hay otro ingrediente que aquí se usa poco pero que también cunde muy bien y da rico sabor al caldo: las mazorcas de maíz.

Aunque los purés de verduras fríos o tibios también apetecen en verano, suelo hacer caldo sólo en invierno. No obstante es cierto que usado en un arroz o para una velouté también se puede aprovechar en verano. No lo había pensado.

Muchas gracias por tus ideas y ya te contaré cómo me queda la carne.

Blanca dijo...

A mi me agobia muchísimo el tema de estar pensando cada día qué comer...Todavía no he conseguido escribir un menú semanal aunque mentalmente intento hacerlo un poco.

A mi me funciona intercambiar recetas, por ejemplo podríamos intercambiar nuestra lista de platos.( siempre hay cosas que otras personas hacen y que les quedá genial y a ti ni se te hubiera ocurrido nunca...y al inrevés)

Yo suelo cocinar mucho con la termomix, me ma muy bien poruqe no tienes que estar vigilando, puedes cocinar varias cosas a la vez, y para gente que no sabe cocinar mucho es muy util.

A mi el caldo tambien me salva de muchas cosas.

También congelar platos preparados, y asi si un día me da pereza cocinar, lo saco del congelador y listo. Antes me daba un poco de cosa congelar segun qué, pero la verdad es que se puede congelar prácticamente todo.

Yo no lo he hecho pero la gente se que congela el sofrito hecho y asi lo tienes para un arroz, unos fideos o lo que quieras.

Gracias por tus posts Silvia!

Silvia González dijo...

Me ha gustado la sugerencia de compartir recetas.

Haré un post con algunos platos que sean fáciles de hacer y estará genial que otras personas pongan más.

No tengo termomix pero vinieron a hacerme la demo y me encantó pero en aquella época mi cocina era tan pequeña que la habría tenido que poner en el salón :-) Además, no tuve claro que fuera fácil inventar un plato saliéndose del recetario y me incomodaba estar atada a eso...

Gracias por enriquecer el blog con tus comentarios.