viernes, 21 de octubre de 2011

Pequeños oasis y caprichos

El otro día en una charla sobre coaching nos explicaron la "trampa" de la rana.
Aparentemente, cuando tiras una rana viva en agua hirviendo, pega un salto y sale inmediatamente. En cambio si metes una rana en una olla con agua fría y la pones al fuego, la rana, pese a sentirse obviamente cada vez más agobiada y acabar muriendo, no es capaz de percatarse de su situación, pegar un salto y salir.

No sé si es verdad pero es una buena historia para aplicarla a nuestra vida diaria.

Frecuentemente nos vemos arrastrados a tener cada vez más tareas, obligaciones y responsabilidades, que, vistas individualmente, probablemente hayamos elegido y que, de hecho nos hacen felices. El problema es que su acumulación puede llegar a agobiarnos.

Por ello es importante ser más listo que las ranas y no dejar que la situación nos rebase.

Roma
Cuando abandonar o reducir la actividad no es una opción, nos queda la posibilidad de crearnos pequeños oasis y darnos pequeños caprichos o placeres durante el día. El truco y lo único importante es vivirlos intensamente.

Voy a hacer unas sugerencias pero seguro que hay muchas más que estaría genial compartir:
- Cómprate una crema corporal cuyo olor te guste especialmente y entretente 1 minuto más de lo normal al ponértela. Sólo un minuto más. Lo importante es que mientras lo hagas no pienses, "Tengo que acordarme de sacar la carne de la cena del congelador." Aprovecha ese minuto para tomar conciencia de lo mucho que te gusta el olor y disfruta de tu momento. Si encima quieres sembrar algo útil, dí para tí que tienes unas piernas estupendas y que la crema te va a dejar el cuerpo espectacular.
- Mientras cocinas, crea una atmósfera que te sea agradable. Cambia noticias por música, sírvete un vaso de una bebida que te guste (agua, limonada, una copa de vino...), o enciende una vela y utilízala para recordarte que estás haciendo esto por placer y con placer. No necesariamente necesitarás más tiempo para acabar la cena pero seguramente se te hará más satisfactorio aunque tu entorno ni se de cuenta.
- Si vuelves del trabajo en coche, antes de entrar en casa, pasa 5 minutos pensando en cosas que te resulten agradables. Nadie notará si has llegado antes o después.
- Elige un suavizante de ropa, que, aunque sea más caro, tenga un olor que te guste y disfruta de él cuando manipules la ropa limpia.
- Decora tu baño de tal manera que te resulte grato alargar un momento el tiempo que pasas ahí. Si es posible piensa en colocar elementos que te hagan pensar cosas agradables mientras te arreglas, te cortas las uñas o te lavas los dientes.
- Invierte tiempo y dinero en hacerte con buenos utensilios para realizar las tareas que "tienes" que hacer. Toma conciencia de ello y disfruta el momento de utilizar la plancha perfecta, el mejor cuchillo para cortar cebollas o las pinzas de la ropa más bonitas y prácticas.

Son pequeñas cosas que, al menos a mi, me hacen la vida más placentera,

Tener las ideas es fácil, lo que cuesta más es darse uno cuenta de que necesita visitar urgentemente sus propios oasis.

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