viernes, 17 de febrero de 2012

Pequeñas cosas sin importancia

Cuando en 2002 le dieron el premio Nóbel a Imre Kertész citaron estas palabras suyas que me dejaron profunda huella:

Decía Kertész que había tenido momentos de gran felicidad en su vida; pero ninguno como la vez que vio una mariposa después de salir del campo de concentración y, por primera vez, no tuvo ganas de comérsela.

No debería hacer falta que nos ocurriera algo malo para tomar conciencia de lo que tenemos y de las grandes alegrías que podríamos sentir a diario si abriéramos un poco los ojos y nos diéramos cuenta de lo afortunados que somos pese a todo...


No hay comentarios: