viernes, 26 de agosto de 2011

Elegir qué batallas pelear

Dice el refrán que "Hay que saber elegir qué batallas pelear"

Diría que generalmente nos movemos entre dos posturas a la hora de afrontar nuestro futuro: el fatalista que presupone un destino predeterminado y que es un poco pasivo y comodón y otro más activo que se ha puesto de moda por libros como "El secreto" u otros que hablan de la Ley de la Atracción. Ya Saint Exupery decía: "No hay que intentar predecir el futuro, sino hacerlo posible."


Barcelona
Pese a que la postura proactiva de tomar las riendas de tu propia vida es muy importante, la actitud fatalista no es menos importante y útil y por lo tanto conlleva cierto riesgo dejarla en manos del destino...(sic)

Es muy interesante para nuestra salud mental y física decidir conscientemente en qué cuestiones queremos tirarnos al río y dejar que nos lleve la corriente y en qué cuestiones queremos implicarnos.


En estas fechas todos sentimos que las vacaciones se están acabando. Incluso aquellos que ya están trabajando sienten que el país está a punto de despertarse de su letargo estival.


Así que empezamos a cavilar y a plantear propósitos y estrategias de cómo afrontar el nuevo curso. Es un buen momento, para incorporar la proactividad pero no debemos olvidar incorporar una pizca de  fatalismo a la ecuación y plantearse seriamente cuál o cuáles serán las causas principales que queremos poner en práctica este curso pase lo que pase y qué causas dejaremos en manos del destino. A saber:

Los Antiguos. Argentina
- Mantenernos en forma
- Realizar algún tipo de estudio
- Comer sano
- Conseguir un ascenso
- Tener tiempo para pasarlo en familia
- Quedar con amigos al menos 1 vez a la semana

Tanto las batallas que se decidirán pelear como aquellas que no, la lista sobre la que decidir puede ser única. Tal vez elija para este año aprender inglés y trabajar para conseguir un ascenso y dejar al azar mi forma física y mi alimentación.

Esto no quiere decir que nos abandonemos y nos dejemos arrastrar al desastre. Puede ser que el río nos lleve donde queremos sin intervenir en ello. La parte importante es que no me voy a autoflagelar si no voy al gimnasio por tercer día consecutivo o si como pizza por segunda vez en una semana si he decidido dejarme llevar en estos dos temas.
Sólo será lícito autoflagelarme (si es estrictamente necesario) si aflojo en mi propósito de aprender ingles o trabajar para el ascenso.

Camino al Lago del Desierto. Argentina
Como nuestra energía es finita,  no se puede estar en todo, hay que elegir los ríos en los que se va a flotar y los caminos que se van a caminar.

Creo que este fin de semana me dedicaré 15 minutos a reflexionar sobre este tema y hacerme una pequeña lista. Sé que me costará hacer una lista corta y manejable pero quiero intentarlo.


¡Ánimos y feliz reentrada!

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