viernes, 16 de diciembre de 2011

Los príncipes azules no existen

Tras varias semanas de silencio, retomo esta actividad.

La verdad es que he pasado una época bastante exigente de trabajo y me veía absolutamente incapaz de  pensar en buenas prácticas para una vida equilibrada cuando la mía era un descontrol total :-)

Trinity College. Dublin
Irlanda
En estos días "post-pico-de-trabajo" he reflexionado sobre la época que he pasado y quiero compartirlo aquí.

Hay momentos en los que nuestro caminar por la vida se hace exigente, a veces emocional y a veces físicamente. Se nos acumulan las obligaciones, el trabajo, los disgustos o todo a la vez.

Hay un cosa que es innegable: Nadie puede vivir nuestra vida por nosotros. Ni aunque estemos rodeados de seres que nos quieran y nos echen una mano y eso no se puede agradecer lo suficiente :-) 
Nuestro camino es individual y si el trabajo o las obligaciones nos exigen hasta un punto casi insoportable hemos de ser conscientes de que sólo nosotros podemos salir de ahí, ya sea por nuestro propio pie o con los pies por delante (metafórica o literalmente).
 
He pensado en esto muchas veces haciendo excursiones:  Cuando llegaba a mi límite físico (no hace falta mucho), me ponía a pensar: "Silvia, nadie te va a sacar de aquí. O caminas tú, o caminas tú. No hay otra opción. Así que más vale que sigas avanzando aunque sea a un paso por minuto."


Pienso que, cuando uno se siente desbordado, lo primero que debe analizar es si la situación es coyuntural o estructural.

Si es coyuntural, no queda otra que apretar los dientes, aligerar todo el peso que se pueda y seguir caminando, entregando el trabajo e ir cumpliendo hitos.

Irlanda
Si de manera estructural nos hemos montado una vida demasiado exigente, hay que recordar que, lamentablemente,  los príncipes azules que pasan por ahí, te rescatan y te elevan a una vida sin preocupaciones, no son frecuentes. Así que no queda otra que intentar distanciarse lo suficiente para observar friamente nuestra vida y tomar decisiones. Si no las tomamos a tiempo nosotros, es posible que, a la larga, las tomen otros por nosotros y tal vez no nos gusten.


Una de las claves para simplificar la vida da nombre a este blog "No hagas hoy, lo que puedas dejar de hacer mañana."
Formulado como pregunta podría ser: ¿Qué cosas podría dejar de hacer hoy mismo sin que me arrepienta mañana?" o "¿Si no hago esto hoy, mañana me sentiré culpable o liberada?" Puede llegar a sorprendernos la cantidad de tiempo que consumimos en cosas que, ni nos aportan nada ni nos hacen felices.
¿Estamos haciendo cosas por quedar bien con conocidos, clientes o incluso parientes que, en realidad, nos dan más disgustos que alegrías y que, en realidad, no se merecen nuestro compromiso? Lástima que no siempre sea tan fácil, a veces es tremendamente duro, pero siempre hay que recordar que: "O salimos por nuestro propio pie o salimos con los pies por delante."

Ahora que se acerca la Navidad y es una época que disfruto mucho, intentaré ser más ligera la semana que viene  :-)

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